La visita fue solo matinal y nos centramos en dos edificios: la iglesia de San Miguel y el Alcázar.
En primer lugar, en la iglesia de San Miguel, además de una explicación exhaustiva por parte de Antonio, pudimos subir a la parte superior de las bóvedas donde Santiago nos contó muchas cosas interesantes.
Después, en el Alcázar, hicimos un recorrido único y pudimos visitar los lugares más exclusivos de la fortaleza. Desde el foso hasta la torre del Homenaje. Y cada espacio fue comentado exquisitamente por Antonio. Todo un lujo. Aquí os dejo el dibujo del Alcázar desde el foso.
Finalmente, los alumnos decidimos aprovechar para ir a comer al conocido y reconocido Mesón de Cándido. Por supuesto, pedimos cochinillo, pero tuvimos la suerte de presenciar el ritual gastronómico que hizo especialmente para nuestra mesa. Me propuse hacer un dibujo rápido del cochinillo durante el acto, que no llegó a durar ni 2 minutos (para demostrarlo adjunto el vídeo que grabó una compañera). Además, acompañado con un Ribera de Duero.
Gracias a Santiago por su implicación y dedicación, a Antonio su presencia y generosidad, y al Mesón de Cándido por su amabilidad.
