Tras otra jornada fugaz en la Cuidad Condal, aproveché media hora escasa para acercarme al mercado de Santa Caterina y hacer un boceto rápido.
Se trata de una cubierta flotante sobre un edificio existente (más bien de un "espacio") en la que destaca el exterior colorido cerámico del mosaico con alusión directa a los motivos frutales y al interior la calidez de la madera combinada con una estructura principal metálica donde cada elemento se desintegra o disgrega para crear un conjunto escultórico y dinámico, siempre desde la perfecta comprensión del hecho constructivo.
El apunte es rápido, sin color y a tinta sobre unas trazas vagas de lápiz visto desde la entrada principal. Mucha gente, mucho sol, mucha prisa...