El pasado 21 de Junio organizamos la despedida de soltero y soltera conjunta para los llamados Chupis, donde, sin lugar a dudas, la mayor sorpresa y experiencia inolvidable fue la de hacerles volar en parapente sin que lo supieran.
El espectáculo aéreo era precioso, con un bonito juego de colores cambiante en cada segundo, provocado por las diferentes intensidades, distancias y velocidades de todos los parapentes que estaban en el aire.
Es difícil resumirlo en un dibujo y es que se crea una sensación de ingravidez de un cuerpo bajo una tela unidos por un gran número de cables, tan finos que se diluyen en la atmósfera y parece, literalmente, que cada uno de ellos está flotando en un mar de aire.
Todo lo que Toyo Ito postula para la arquitectura contemporánea se hace visible en un fenómeno tan extraordinario como el hecho de volar.
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